AUTOCUIDARSE ES QUERERSE MEJOR: POR QUÉ DEBEMOS DEDICARNOS TIEMPO A NOSOTRAS MISMAS

Los hijos, la pareja, el trabajo …, tenemos numerosas prioridades que atender, pero con mucha frecuencia se nos olvida poner en la lista la más importante: nosotras mismas.                     

Sí, sabemos que esta afirmación puede sonar egoísta porque henos sido educadas para preocuparnos y ocuparnos antes del bienestar de los demás que del nuestro. Pero, lo cierto, es que, si no cuidamos de nosotras mismas, no estaremos en condiciones de cuidar de nadie más.

El autocuidado es la capacidad de prestar atención a lo que nos ocurre, a lo que nos pasa por la cabeza y lo que sentimos. Saber reconocer nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales y actuar para satisfacerlas. Supone valorarnos y tratarnos bien para alcanzar y mantener un bienestar integral.

Incorporar el autocuidado en nuestras vidas conlleva un proceso, un cambio de actitud y de comportamiento que tiene el potencial de generar beneficios personales como el desarrollo de la autoestima, la mejora en las relaciones familiares, una mayor productividad y un mayor optimismo vital.

¿Cómo comenzamos a autocuidarnos?

El autocuidado no se limita a la parte más externa, a lo que los demás pueden ver, sino que engloba las diferentes facetas que componen a la persona: física, emocional y mental.

Física

El primer paso es analizar cómo cuidamos nuestro cuerpo: cómo nos alimentamos, cuánto ejercicio hacemos, cuantas horas dormimos… Cómo decía Aristóteles, “la virtud está en el término medio”, y tan malo es no practicar ejercicio como mantener una actividad física excesiva.  Seamos objetivas con nuestras necesidades físicas reales y tratemos de cubrirlas, con amabilidad, disfrutando del proceso y sin ser demasiado estrictas o autocríticas con nosotras mismas: buscar un deporte que nos guste, hacer un curso de cocina saludable, apagar la tele temprano e irnos a dormir, mimar nuestra piel con cosméticos que estimulen nuestros sentidos, regalarnos un masaje relajante de vez en cuando…

Emocional

El secreto para el autocuidado emocional está en escucharnos, en identificar que emoción estamos sintiendo, de dónde proviene y cómo nos afecta. No debemos censurarnos ni contener los sentimientos, aunque no sean agradables de sentir. Reprimir emociones como la tristeza o la rabia hace que se queden bloqueadas en nuestro interior y no nos permite superarlas y avanzar. Si nos resulta difícil examinar nuestros sentimientos podemos escribirlos: ponerlos sobre papel nos ayudará a comprenderlos mejor. Y un gran consejo: cultivemos la risa; está demostrado que reír hace que el cerebro libere endorfinas y reduzca la producción de cortisol, la hormona causante del estrés.

Mental

El autocuidado mental empieza por pensar cuáles son las cosas que nos hacen realmente felices y buscar tiempo para realizarlas. Puede ser algo tan sencillo como leer un libro, escuchar nuestra playlist favorita o visitar una exposición. Hay que ir integrando y disfrutando esos momentos especiales a lo largo del día, porque son el “oasis” en mitad del desierto de las rutinas. Practicar mindfulness o realizar regularmente una actividad que nos permita trabajar con nuestras manos mientras vaciamos la mente, también contribuirá a cuidar nuestra salud mental.

El autocuidado no es una moda, es una necesidad, una actitud personal que nos ayudará a sentirnos mejor con nosotras mismas, a tener una mejor relación con los demás y a disfrutar de una mayor calidad de vida. ¡Cuídate mucho!

¡Y ACUÉRDATE!

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